Los algoritmos y los humanos excluimos el sesgo humano. Compré un software y ahora ¿qué?
Abril 12, 2018
Todo conocimiento científico se basa en los sentidos, y no obstante, las descripciones científicas de los procesos naturales carecen de todas las cualidades sensoriales humanas.
El desarrollo tecnológico ha permitido un fácil acceso al software de gestión a todas las empresas sin importar el porte de su negocio. Esto nos permite automatizar tareas rutinarias y nos dan velocidad en la entrega de datos, propios de la operativa empresarial. Una vez que instalamos un nuevo software nos preguntamos: ¿y ahora qué?
El desafío, consiste en identificar, recopilar y seleccionar los datos clave para el negocio pero ¿quién toma esas decisiones?
Una persona especializada en el tema.
Esta es la forma de enfocarse en el análisis de la información que permita generar valor y optimizar la rentabilidad. Para lograr este desafío, es clave contar con un Equipo de trabajo que en primer lugar mantenga el software actualizado con los datos de la operativa diaria, y en segundo lugar que se asegure que la información a tomar del software sea de calidad. Es decir que previo a esta instancia, hay un análisis humano en la elección de los indicadores clave que nos darán aquello que queremos ver. Y es este primer paso humano y no tecnológico que luego nos llevará a distintos tipos de conclusiones según los indicadores que una persona especializada haya elegido.
Algunos casos más donde el sesgo humano se excluye e influye en un reporte.
Elegir los indicadores clave
Detectar las causas de un fraude para que no vuelva a suceder.
anticiparse al futuro, detectando oportunidades de mejora
analizar la tendencia de las ventas
evaluar qué productos son más rentables a futuro
mejorar la gestión del inventario
Detectar el punto ciego.
Es por ello que consideramos que es tan importante incluir un buen software como un equipo de personas entrenadas técnica y emocionalmente para poder ver en 360 grados la empresa, de lo contrario es algo así como caminar con una sola pierna… y eso es lo que más vemos hoy en el mercado.
Por Beatriz Hagobian & Beatriz López
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