La colaboración: de lo individual a lo colectivo.

Agosto 26, 2018

Hoy en día se escucha mucho hablar de la colaboración y ésta se asocia rápidamente a distintos valores tales como la solidaridad, el amor y el ser "buena gente" y es allí comienza la confusión de dominios explicativos que no tienen que ver con la colaboración ya que más que invitar a colaborar, son argumentos para obligar y la colaboración no surge nunca desde la obligación u obediencia, sino que surge de un querer espontáneo que me hace crecer, comprometer y sentirme que formo parte.

Pero ¿cuál es la verdadera colaboración? ¿En qué contextos se promueve o se coacciona para que exista colaboración?

No podemos colaborar en ningún proyecto o acción que no tenga un interés individual para nosotros en el sentido de sentirnos que ese proyecto sin nosotros no será el mismo. No podemos colaborar, si el equipo nos coacciona a querer el querer colectivo y si no podemos expresar nuestros sentires con respecto a nuestro hacer, ya que de lo contrario, provocaremos un equipo que dice ser colaborativo pero en los hechos vemos que "algo" no funciona generando un círculo vicioso de emociones negativas que destruyen más que construyen. Esta es una de las razones de bajas productividades: la comunicación visible y la invisible. Cuando ésta última es mayor estamos en problemas.

No puede haber colaboración, cuando no hay un buen individuo ya que para que exista un buen colectivo deber haber antes una buena individualidad. Es por ello, que en todo proyecto o acción que emprendamos debemos de darnos cuenta de nuestro real interés, expresar nuestras verdaderas emociones e intenciones para que el hacer pueda llegar a ser colaborativo. Para que exista colaboración, debemos poder expresarnos en forma individual en función del colectivo que queremos crear ya que de lo contrario estaremos interrumpiendo el colectivo. El colectivo colaborativo está integrado por cada uno de los individuos que hacen y éstos deberían sentir la libertad permanente de expresar lo que quieren expresar demostrado en sus haceres sin ser "mal vistos", coaccionados a responder para agradar al grupo o ser con-vencido (vencer su pensar) de hacer un hacer que no quiero realizar.

No hay un buen colectivo, si antes no hay un buen individual de lo contrario sólo estaremos perdiéndonos y desempoderándonos como individuos en un colectivo que hace por nosotros, que no permite que nos involucremos en nuestros sentires, haceres y emociones donde sí sintamos que formamos parte y no simplemente un "me quiero bajar de este mundo" porque no me siento parte, cosa que hoy en día es lo que abunda. Si el colectivo no permite que emerja lo individual estamos destruyendo el colectivo y por ende la colaboración.

Beatriz López

Experta en Gestión de la Tecnología y la Innovación.

< Ver todas las noticias